A tan solo 3 km de la frontera con Bolivia es el extremo norte de la Argentina -donde ya la mítica Ruta 40 no puede subir más- centro de profunda devoción, que se demuestra en un calendario pleno de festejos, celebraciones a las vírgenes y santos de toda la región. Sus calles llegan a brillar con luminarias al son de las bandas de sikuris y con los misachicos y las rondas de numerosos pesebres. Las atractivas ferias muestran durante todo el año la fuerza y riqueza de un gran pueblo creyente y productor.
¿Cómo Llegar?
Desde la Capital jujeña, son 295 km por RN°9 hasta La Quiaca; desde allí, por la ruta 5 se recorren 67 km de pura Puna hacia el oeste hasta llegar a Cieneguillas, que señala el atractivo acceso al pueblo.
Qué Hacer
Una vuelta por el pueblo, desde su plaza principal, permite apreciar la antigua catalina de Alejandría es una construcción del siglo XVII y el Museo Privado Regional Epifanio Saravia. No alcanza la vista para ver tantas llamas, que aquí encuentran su mejor lugar de hábitat.
Una tradición que se remonta a más de 5000 años, explica el dominio completo que se tiene sobre el animal más emblemático de la región. Aprovechado como alimento, lana de vestido y como bestia de carga, su domesticación se refleja en el arte rupestre que se pueden encontrar en cada rincón del camino y también en la actualidad del oficio del llamero formados casi desde la infancia.
Las comidas tradicionales son la calapurca, el kalapi y la bebida más característica es la chicha. Las ferias más reconocidas son La Askha Llama, dedicada a camélidos de los productores de Santa Catalina, también la Feria de Intercambio y Cambalache de Productores regionales.
Servicios
Alojamiento Familiar, guiados, gastronomía y experiencias comunitarias